viernes, 15 de julio de 2011

Soneto a la lluvia


De la mano corríamos tomados
bajo la lluvia de un febrero inclemente,
los uniformes quedaron empapados
y un rayo lejano tronó imprudente.

Pero aquella tormenta matinal
nos llegaba como un suave murmullo
y tu cuerpo, belleza angelical,
de cristales hacía un arrullo.

Ni la fuerza brutal de la tormenta
nos sacaba de aquel lindo embeleso
pues estábamos fundidos en un beso.

Me aceptaste como novio aquel día
con tu cara teñida de rubor
y tu pecho ya latía con mi amor

Buga, 27 de febrero de 1985

No hay comentarios:

Publicar un comentario